Algo que contar
Política, poesía y otras rarezas
LETRAS IS NOT A TRADEMARK (LETRAS NO ES UNA MARCA)
Publicado el 25 Ee marzo Ee 2014 a las 7:20 |
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LA SONRISA DE MUSA
Publicado el 18 Ee febrero Ee 2014 a las 18:15 |
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Cuando las palabras no salen, queda la emoción. Siento el vacío pero cuando miro hacia atrás solo puedo sonreír. Escucho sus ladridos, veo sus ojos brillantes, su cola moviéndose de un lado a otro y, sobre todo, no dejo de sorprenderme de su sonrisa. La sonrisa de Musa.
EL MUNDO SIN MAQUILLAJE
Publicado el 23 Ee julio Ee 2013 a las 1:00 |
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Bajo los puentes del Connaught Road Central
en la ciudad de Hong Kong,
oculto entre los rascacielos,
aparece el otro mundo sin maquillaje
tumbado encima de cartones esparcidos por el suelo.
Los coches pasan en todas las direcciones,
el ruido agobiante y la humedad asfixiante,
y ahí arriba, sobre las pasarelas que le rodea,
el incesante movimiento de los que van
de centro comercial en centro comercial.
Y abajo, ese otro mundo sin maquillaje.
No hace falta viajar a ningún lugar
para encontrarse con esta imagen.
UN DIA CUALQUIERA EN CUALQUIER OCCIDENTE DEL MUNDO
Publicado el 20 Ee julio Ee 2013 a las 5:30 |
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Cientos de miradas
clavadas en el show TV estelar
una hermosa niña morena
yace ensangrentada en la acera
ya muerta
cientos de miradas
clavadas en el show TV estelar
hasta que alguien reacciona
se levanta idiotizado
y camina lentamente hacia la cocina
abre la puerta del frigo
y extiende su mano asesina
hacia la última lata de Coca-Cola
ES
Publicado el 16 Ee julio Ee 2013 a las 6:30 |
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Si estás muerto
¿por qué me hablas?
¿no es la nada silenciosa?
¿o es que el silencio no existe?
escupe al cielo
pero apártate rápido
la muerte no es nada
no es silencio
es
¿Por qué me hablas si estoy muerto?
la saliva es espesa
arráncate la lengua y prueba a hablarme
di cómo te sientes sin lengua
escupe palabras
pero apártate rápido
NO LE OLVIDARE EN LA PLAZA ARRANCANDO PLUMA A PLUMA
Publicado el 13 Ee julio Ee 2013 a las 17:25 |
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Rimbaud
me despierto
con las manos ensangrentadas
un corazón descansa a mi lado
mi cabeza reposa
sonriente encima de la mesa
mientras dos hombres desnudos
entrechocan con fuerza
sus jarras de cerveza
no dolor
no deseo
ya no siento
ya no siento
mis lágrimas se sostienen
en el aire
en un juego malabar
mi vida
en la calle juega un niño
con una cometa de colores
y un viejo desdentado
despluma indiferente una paloma
mi cabeza está llena de imágenes
mi vida
son momentos
los momentos
son mi vida
me despierto
con las manos ensangrentadas
el cadáver de un niño descansa a mi lado
NUBLADO
Publicado el 12 Ee julio Ee 2013 a las 5:40 |
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nublado
ob nub i lado
al pisar el frío suelo adoquinado
de unos pasos vacilantes testigo
un beso
un adiós
el fin de un principio
en el enlace ficticio del contacto subrayado
irreal pues es una separación
imaginación pues sólo es un sueño
que un día fue realidad
mas nunca más
pues ésta troca a otro ser
un desmaquillado rostro
limpio y áspero
de oscuras y profundas simas
agujeros negros del existir
que ocultan sus luces
tras los giros imprevisibles de su vorágine
espersora del semen de los sentimientos
ávidos del fecundo óvulo
del útero que los contenga ávidos
ávidos
mas en la espera
nublado
ob nub i lado
UN CUENTO PARA NO DORMIR
Publicado el 6 Ee julio Ee 2013 a las 11:15 |
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El sol y la luna se cogieron de la mano y se fueron lejos, muy lejos. Se llevaron el día y la noche. Dejaron la nada.
LA VENTANA
Publicado el 2 Ee julio Ee 2013 a las 4:50 |
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No coincidía la imagen reflejada en la ventana del tren con aquella mujer joven
imagen envejecida de color sepia
[y] tampoco coincidía la imagen reflejada con aquella mujer mayor
imagen del pasado como un fantasma
no, no quise mirarme en aquella ventana
solo esperaba escuchar la locución que anunciaba la siguiente parada
[y] escabullirme entre las piernas, codos y cabezas que me rodean
UNA NOCHE CUALQUIERA EN EL SHEREMETYEVO
Publicado el 29 Ee junio Ee 2013 a las 17:35 |
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En el aeropuerto internacional de Moscú
se da importancia al tiempo y a la información
no es fácil de encontrar ni uno ni otra
la búsqueda los convierte en necesarios
en el estado español el tiempo nos ahoga
y la información nos desborda
huimos y cerramos los ojos
pero en el Sheremetyevo el tiempo no se ve
te acompaña en silencio
estoy sentado en una escalera al lado de la puerta
número 5
hay momentos en que cierro los ojos
y tengo la sensación de sueño de toda una noche
cuando cierro los ojos entiendo el ruso
B AL INFINITO
Publicado el 29 Ee junio Ee 2013 a las 8:55 |
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beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
balaba la ovejita
cuando vio al lobo
beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ya se fue el lobo
bala bala ovejita
bala que no se dispara
UN MR. SABIO
Publicado el 25 Ee junio Ee 2013 a las 1:00 |
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Hoy he visto a un señor sabio elevar sus palabras en el aire y soplar hasta introducirlas en la cabeza de un joven mientras con su mano izquierda agarraba otras que viajaban sin dueño.
UN Y VERSO
Publicado el 22 Ee junio Ee 2013 a las 5:35 |
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La verdad son apariencias
las apariencias son verdad
ver (bosi) dad
e (brie) dad
ve (ntosida) d
expulsión de aires
de palabras
de conciencia
soy sólo un observador
que construye
su universo
uni ver
uno ver
sólo yo
mi universo
A AL INFINITO
Publicado el 18 Ee junio Ee 2013 a las 5:40 |
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aAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAArar
unos hacen dibujos en la tierra árida
disparan con sus arcabuces otros
la simiente del rencor
que se extiende cual epidemia mortal
la pandemia
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaRAR
se la ofrecen a ti
oh tierra naturaleza
cielo da de beber a tu hermana
que lleva en su vientre ramera
el fruto de la existencia humana
aAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAArar
con fuerza compañeros
removed la tierra
hombro con hombro
espalda con espalda
pues la recolección
os espera en el horizonte
mientras algunos se agarran
a su amuleto apotropaico
que no vale nada
PENSAMIENTOS CUALQUIER
Publicado el 15 Ee junio Ee 2013 a las 10:00 |
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Vulgares ropas raídas
mentes torpes llenas de vanidad
golpean los duros cuellos
de las jirafas moribundas
como en un sueño blanco
legañosas imágenes
terciopelos futuros
un leopardo malherido
rastrea con su instinto
el olor a sangre de la muerte
brazos fuertes
tatuados
con un triste “te amo por siempre Teresa”
ella retoza alegre con su mejor amiga
dulces de lesbos
cubiertas de caliente flujo vaginal
un jeque árabe miope busca
arrodillado
la dulce perla de su esposa
que llora amargamente
un varón de raza blanca apunta
con su viejo Colt 45
del rastro de Valladolid
a la humanidad perpleja
en la boca del revolver
aparece un alacrán de roja oscura cola
el agua del río
corre asustada
no quiere llegar ya al mar
A. Machado esboza una sonrisa
Mientras se rasca distraídamente
la cabeza
el joven muchacho encapuchado
arroja
una piedra de fuego
que espera ser bateada
por el serio madero de la gorra de los New York
Allen Ginsberg se muere
le traicionó su hígado
A. G. escribe un poema
sobre un niño que juega
en su tumba
el cielo se oscurece
cuando los Sollubis reciben
la primera descarga de mierda
directa a su boca
ya no tienen raza
un hombre observa su alma podrida en el espejo
sonríe mientras los gusanos juguetean golosos
en su boca
su hija también juega a mirarse en los espejos
pide ver su muerte y se ennegrece
el teléfono escupe rabia
y una lágrima discurre dolorosa
por las grietas carnosas del rostro
dame la mano y mira hacia el cielo
una espada sangrienta
pende sobre nuestros corazones
reniega de tu nombre
y vuelve la vista a tu alma
escupe sobre lo establecido
que el mundo se dé la vuelta
dos piernas desperdigadas por el suelo
sus sombras
ocultan mi cuerpo
un joven decrépito recita poesía
en la plaza del pueblo
habla al viento y al sol
al banco de madera y a la cabina de teléfonos
dos mujeres exhiben sus pechos
en una galería de arte de la calle Gamazo
mujeres antipechos lanzan penes
en señal de repulsa
el presidente de gobierno encapuchado
ofrece su discurso de Navidad
a la ciudadanía
un famoso jugador de fútbol
se compra un balón deshinchado
en la tienda de deportes de la esquina
los niños se hacen torniquetes en el brazo
y sus madres dicharacheras les hacen jerseys para las piernas
un hombre de mediana edad
simula limpiar los cristales
de un edificio de veinte pisos
mientras cae al vacío
la huella de un cuerpo en el suelo le espera
las luces de la ciudad
ofenden a la luna
que desde su trono elevado
lanza insultantes rayos de advertencia
a los ensoberbecidos terrícolas
un niño se levanta violentamente
de su cama
soñaba que era un hombre
un hombre se levanta entristecido
de su cama
no soñaba
un afilado bisturí rasga
con suavidad
la córnea de un ojo envilecido
ahora ya ve
un rojo acuchilla a un amarillo
el azul se rebela
y el negro prepara el funeral
el reloj cuenta los minutos
pero dame la mano
y mira hacia el cielo
una espada resbala
sin misericordia
sobre nuestros corazones
MIRA SIEMPRE A LOS LADOS ANTES DE CRUZAR
Publicado el 11 Ee junio Ee 2013 a las 10:00 |
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Juro que no lo vi venir. No hacía mucho tiempo que mis padres me habían dejado ir solo, sin que nadie me acompañara. Antes, mi padre me esperaba cuando salía de casa, camino del colegio. Así lo habían acordado cuando se separaron. Al verme, sonreía ligeramente, diría que con un poco de pena, y me cogía de la mano, casi sin dirigirnos la palabra. A mí me daba corte decirle algo y él supongo que iría pensando en sus cosas. Parábamos en un bar, a mitad de distancia entre mi casa y el colegio. Me quedaba a fuera y contaba los minutos hasta que volvía a salir. Me cogía de nuevo de la mano y no me soltaba hasta que me escabullía, entre mis compañeros, por la puerta de entrada del edificio donde estudiaba. Siempre le miraba de reojo y le veía parado, mirándome, hasta que, supongo, desparecía de su vista y se marchaba. Sin que me viera, me daba la vuelta y miraba como se alejaba. Pero, no hace mucho tiempo, habían decidido que ya era mayor para ir yo solo y mi padre dejó de esperarme todas las mañanas. Mi madre se agachaba y me daba un beso mientras me ajustaba la mochila en la espalda. Me pasaba la mano entre mis pelos enmarañados e intentaba arreglar el desaguisado. Después me susurraba al oído, mira siempre a ambos lados antes de cruzar. Lo hice pero juro que no lo vi venir. Cuando estaba en medio de la calle escuché un ruido. Giré la cabeza hacia mi izquierda y vi la delantera del autobús. Me arrolló. Empecé a dar vueltas por debajo del vehículo. Escuchaba cómo mi cuerpo se golpeaba contra el suelo y la carrocería. No se escuchaba más ruido que ese, hasta que frenó. Recuerdo salir reptando de debajo del autobús. No sé cuánto tiempo pasó. Me levanté y me miré los pantalones. Estaban rotos. Supuse que hoy no me libraría de una regañina. Un señor, muy nervioso, me empezó a preguntar si estaba bien y le contesté que sí pero que me tenía que ir porque llegaba tarde a clase. Pero si estás sangrando de la cabeza, chaval, me contestó. Me toqué la cabeza y miré, asustado, mi mano manchada de sangre. Ahora estoy aquí, tumbado en la mesa de operaciones. Hay varias personas a mi alrededor. Uno ha dicho que tiene que ser a pelo, sin anestesia. Una mujer, que no para de moverse, dice que hay que cerrar la herida rápido, que he perdido mucha sangre. Un señor con anteojos, se agacha a mi lado mientras me coge la mano y me dice que soy un chico muy valiente. La mujer se da la vuelta, con unas tijeras en la mano mientras el hombre me limpia con una gasa, la sangre que me chorrea por el pelo. La mujer me pregunta el teléfono de mis padres. ¡Cuándo se entere mi madre! No quiero ni pensarlo. Me duele más que el golpe en la cabeza. Le hago una seña, que se acerque, porque apenas me sale un hilo de voz. Le digo que cuando le llame no la asuste, que tenga cuidado en cómo se lo va a decir. No quiero que se preocupe, por favor. La mujer me contesta que tendrá mucho cuidado y cuando recibí la llamada, no sabía si era una broma o era verdad lo que me estaba diciendo. Me decía que una persona que conocía estaba ingresada en un hospital y quería verme. Le pregunté que cómo se llamaba pero no me lo dijo. Solo que, por favor, fuera rápido porque había insistido en que me quería ver. Colgó el teléfono. Me quedé unos segundos con el auricular en la mano, pensando en quién me podría estar gastando esta broma. Está claro que no es de muy buen gusto. Comprobé la dirección que me había dado y, en efecto, el hospital existía. Me entraron muchas dudas, de verdad. ¿Y si era cierto? Pero ¿quién podía ser? No conocía a nadie que le hubieran tenido que ingresar pero la señora perseveró en que me conocía y que había insistido en verme. Mira, es mejor salir de dudas porque una nunca sabe. Cogí el abrigo y el bolso y me fui. Voy camino del hospital. No queda muy lejos de casa. Bien sabe Dios que si puedo, evito los hospitales. No puedo ni quiero estar tan cerca de la enfermedad y del dolor. Me pone nerviosa. No sé si llamar a Juan. Igual hay algún amigo en común que ha enfermado y yo no me he enterado. Me lo hubiera dicho aunque, desde que le pedí que dejara de llevar al niño al colegio, no me ha vuelto a dirigir la palabra. No me importa que vea al niño, que esté con él, de verdad, pero no soporto su manía de meterse en el bar mientras le deja esperando en la puerta, bebiendo vino y charlando con los amigos. ¿No puede centrarse en su hijo? Para lo poco que le ve debería esmerarse un poco más. Ay, de verdad, quién puede ser. La enfermera o quien fuera la que me ha llamado me podía haber dado más información. No entiendo que no me diga cómo se llama, que me diga que el enfermo le ha pedido que no dé su nombre. Solo que vaya. Estoy casi llegando. Tenía que haber llamado a Juan. El niño le echa de menos desde que no le acompaña. No sé si he hecho lo mejor. Era de los pocos momentos en que estaban juntos y la verdad es que al niño le gustaba ir con su padre, a pesar de lo arisco y la mala leche que tiene. Al principio me dio un poco de miedo, pero ya se está haciendo mayor y tiene que empezar a hacer las cosas el solito. Solo tiene que tener cuidado y mirar a ambos lados al cruzar la calle y te juro, mamá, que lo hice. Miré a un lado y a otro de la calle pero no vi nada. Estaba desierta y crucé corriendo. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba debajo del autobús. Sé que no me va a creer. No dejo de pensar en cómo se lo voy a explicar. La enfermera me ha dicho que apretara los dientes porque me iba a doler. ¡Y vaya si me dolió! Me cortaron los pelos de la cabeza alrededor de la brecha y era como si me clavaran miles de alfileres por todo el cuerpo. Me tiraban tanto del cuero cabelludo que tenía la sensación de que me lo iban a arrancar. El señor de los anteojos seguía cogiéndome de la mano mientras me decía que muy bien, que era un machote y esas cosas que se dicen para animar, pero el dolor era tan intenso que hubiera preferido que se callara. Me gustaría decir a mi madre que no me importa ir solo al colegio pero que ya hace mucho tiempo que no veo a papá. Tenía que haber pedido a la enfermera que le llamara pero, bueno, mejor no. No quiero que me vea llorando. Es que no puedo reprimir las lágrimas. Me duele mucho, demasiado, creo yo, no ha sido nada fácil para ninguno de los tres y soy consciente de que el niño ha sufrido más que ninguno. Debe ser este edificio. Hay una señorita en recepción. Me dice que espere en la sala de espera. Me siento al lado de un señor, muy nervioso, que no deja de mesarse los pelos de la cabeza. No estamos más que nosotros dos. No sé qué sentir. Vengo sin saber nada y nada es lo que me han dicho en recepción. Solo que espere tranquilamente. No puedo ponerme nerviosa, más allá de lo que estas paredes blancas me ponen de por si, ni preocuparme como el señor que tengo a mi lado. He venido por curiosidad, por saber quién me llama con tanto secretismo. Apenas hay movimiento. De vez en cuando aparece un celador, casi sin hacer ruido, que ni siquiera es capaz de mirarnos, para desaparecer inmediatamente en la oscuridad del pasillo que tengo delante. Me gustaría aliviar el sufrimiento de este hombre pero me da pudor entrometerme en las desgracias de los otros. Me mira tímidamente y solo puedo esbozar una sonrisa que pretende ser conmiserativa. Somos esclavos, pienso, de nuestro propio dolor. Un dolor único que difícilmente los otros lo pueden compartir, aunque lo intenten y pretendan aliviarnos con comprensivas palabras. Qué se le puede decir a este hombre ante su sufrimiento. Qué se le puede decir que no suene ridículo o condescendiente. Prefiero el silencio aunque a ojos externos pueda parecer algo frío. Para mí es respeto. Aún así, le agarró su mano y esperamos. Una enfermera aparece de entre la oscuridad y se acerca a nosotros. Nos levantamos a la vez, sin soltarnos de la mano. Me viene a la cabeza aquello que suelo decir al niño. Mira siempre a los lados antes de cruzar. No sé por qué me pongo a llorar.
UNA TARDE CUALQUIERA EN EL PARAISO
Publicado el 8 Ee junio Ee 2013 a las 10:00 |
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el epímaco revolotea
inconsciente del peligro que le acecha
el hombre de rojo
clava su aguijón infernal
en la virgen piel
del ave fantástica
la tierra tiembla
y las manzanas caen del viejo árbol
la humanidad apostata
Judas vuelve a ser el Rey
ESQUIZOFRENES
Publicado el 4 Ee junio Ee 2013 a las 10:00 |
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Sólo quiero hundirme en la locura
ser un loco loco feliz
en un país de cuerdos.
Le Domineo
PRELUDIO
No hace muchos días he cumplido cuarenta años. A veces con una mínima información sobre una persona somos capaces de imaginárnosla y dotarla de unas características, que no tiene por qué tener pero que nuestros prejuicios construyen hasta convertirlas en realidad. Cuarenta años no es nada pero suficiente. Cada uno de vosotros ha podido crear, a partir de mi edad, una imagen de cómo soy. Me podéis estar imaginado como una persona de alta estatura, con los ojos azules, regordete o, ¿por qué no?, musculoso, con alguna cana que otra, con juanetes, con barriga o como el hombre de vuestros sueños. E incluso podéis pensar que estoy casado, con hijos, con un trabajo estable, sin problemas de dinero o endeudado hasta las orejas. Bueno, en definitiva, que os habréis hecho una idea de mí solo con conocer mi edad.
Aún así seguro que os equivocáis. Hay una forma de saber como soy: mirándome. No tengo secretos
CAMINO DEL PSICÓLOGO (o el psicólogo me espera)
Siempre voy por el mismo camino. El más largo, claro, pero no por miedo --quién tiene miedo hoy en día de acudir a la consulta de un especialista de estos en la conducta-- sino porque me gusta pasear. Lo adoro. Me permite pensar, que es mi pasatiempo favorito y a su vez el origen de todos mis problemas. Y es que pienso sobre todo lo pensable e incluso pienso que pienso, y esto, todo esto, lo hago paseando, pasito a pasito, sin pudor, delante del resto del mundo. Sé que llamo la atención. Lo sé porque siento cómo sus ojos se clavan en mí, como ardientes dagas. Antes de saber cuál era el motivo, me torturaba al pensar el por qué de sus miradas. Al principio, pensé que se fijaban en algo de mi aspecto, no sé, la corbata, el pelo, los zapatos, la ropa, mi nariz aguileña, mis ojos oblicuos, bueno, cualquier característica física de esas. Pero lo descarté, pues los espejos me dijeron que mi apariencia era normal. Después, creí que era la extraña manía de pensar en voz alta pero tampoco, pues eran sólo susurros imperceptibles en comparación con el conjunto de sonidos que inundaban las calles a mi alrededor. La incertidumbre me devoraba hasta que, de nuevo, un espejo me dio la solución, sí, un espejo de esos que devuelven tu imagen. Allí estaba yo, delante de aquel espejo curvo, enhiesto como un tronco con dos ramas a cada lado y una bombilla luminosa encima de la cabeza ¡Una bombilla! ¿Cómo no me había fijado antes? La verdad es que sólo un iluminado por la locura podría ver una bombilla iluminada sobre su testa. Pero, como yo no estaba loco, tendría que ser real. Y así era. Aquel día descubrí que cada vez que una idea aparecía en mis dominios, una hermosa bombilla de 200 voltios se levantaba majestuosa sobre mi solitario cuero pelónico, una bombilla capaz de iluminar una habitación, no sé, digamos que de treinta metros cuadrados. Increíble. Insólito. Imposible.
Pero esto no era suficiente para resolver mi duda, pues a uno no se le ocurren ideas cada dos por tres sino, más bien, de ciento en viento. Tendría que haber otra explicación que explicara, valga la redundancia, por qué me acosaban con sus miradas. Y otro espejo, ¡oh, Dios de la sabiduría! me reveló la razón. El quid de la cuestión estaba en mi frente. Allí aparecía cada una de las palabras que componían mis pensamientos. Como un modelo de pensamiento en una pasarela, el resto del mundo podía leer todo lo que por mi mente pasaba. En resumen, me encontraba intelectualmente desnudo. Probé con boinas, bragas, pasamontañas, todo tipo de objetos con el fin de ocultar mi ser, mi esencia, mi pensamiento. Inútil.
¿Cómo no iba a llamar la atención una persona con una bombilla en la cabeza y un pensamiento pre-claro? Es lógico que el resto del mundo quedara absorto ante tal espectáculo. Se limitaban a mirarme con estupefacción, como si no llegaran a creer lo que veían, como si fuera una alucinación. Seguro que alguno creyó ser un trastornado. Pobres. Lo que me sorprendía era que no hubiera sido objeto de chanza por parte de algún granuja. Pero yo también tuve que aceptar mi condición de hombre sin secretos. No es fácil mostrarte a los demás tal como eres, sin tapujos, sin mentiras ni medias verdades. No todo el mundo es capaz de aceptar tamaña sinceridad, ni siquiera uno mismo. A veces duele pensar lo que se piensa pero no me queda otro remedio que mostrarlo, pues comprobé que la mentira expuesta en mi frente sería un galimatías de difícil comprensión y promotora de intensos dolores de cabeza. De esta forma, se me puede definir como una persona que siempre va con la verdad por delante. Con orgullo muestro mis pensamientos, sin pudor. Con la cabeza bien alta, para que todos lo vean, paseo camino del psicólogo.
SESIÓN CON EL PSICÓLOGO (o el psicólogo me mira)
Mi frente: ¡Oh qué gabinete más naif!, mucho gusto en conocerle pero poco gusto el de usted en elegir los muebles de su despacho.
Impertérrito, y eso que el psicólogo me mira. Me siento. Yo a un lado de la mesa y él enfrente. Comienzo a pensar, pero el señor este me corta de forma muy grosera, como si no me escuchara o, mejor dicho, leyera. Y es que ahora, como os podéis imaginar, utilizo mi habilidad especial para expresarme. Es absurdo gastar saliva y sale menos barato. Imagínense, primero pienso, este pensar proviene de mi hemisferio dominante, el intelectual, de aquí pasa a la parte del cerebro que produce el sonido, este manda su mensaje al sistema nervioso, que pone en funcionamiento el aparato vocal que emite sonidos, que convencionalmente designamos palabras en un idioma conocido por todos los que lo hablan, y así mi pensamiento alcanza la luz. En todo este proceso se produce un gasto de energía inmenso, un derroche que no se puede tolerar y que, gracias a mi facultad portentosa, yo me ahorro. Pero parece que a este le importa bien poco lo que pienso.
Psicólogo: …Tras esa cámara se encuentran mis compañeros que podrán intervenir durante la sesión cuando estimen oportuno, para ello tienen a disposición este teléf…
Mi frente: No es necesario que me explique lo que ya sé, amigo. No es la primera vez que acudo a un especialista. Lo que me gustaría es que dejara de hablar cuando yo hablo, se parece usted a mi mujer. Este es el problema: mi mujer. Mi matrimonio se hunde irremisiblemente en el mar de la incomunicación…
Psicólogo: …Así que, si le parece, podemos comenzar. ¿Cuál es el problema?
Mi frente: ¿El problema? Ya se lo he dicho. El problema es mi mujer. Se queja de que ya no hablo, de que ya no soy como antes, cuando le contaba todo. Yo lo niego y le explico que no he cambiado, que la sigo queriendo como siempre y que sigo contándole todo. Pero ella no me escucha, me apremia a decir algo cuando ya se lo estoy diciendo. Me preocupa de verdad. Creo que está enloqueciendo o quedándose ciega.
Psicólogo: ¿Y bien? (Pausa-silencio 30 segundos) Bueno, podría empezar describiéndome el problema que le trae hoy aquí. Puede tomarse el tiempo que quiera.
Mi frente: Pero ¿qué dice? Ya le he contado lo que me pasa. ¿No lo ve o qué? Bueno, vamos a tranquilizarnos. Se lo repetiré más despacio. Mi mu-jer es-tá en-lo-que-cien-do, o eso creo yo, ha de-ja-do de ha-blar-me y ha pe-di-do el di-vor-cio. Yo quie-ro sa-ber qué ten-go que ha-cer pa-ra e-vi-tar el de-sas-tre.
Psicólogo: ¿Por qué arruga la frente?
Bueno, ya es suficiente. Me levanto y me voy. Es inconcebible que pueda burlarse de esta manera de sus clientes. Es un agravio que no he de soportar. Lamentablemente, el psicólogo me mira pero no ve nada.
DIAGNOSIS PSICOLÓGICO (o yo pienso de que)
Transcripción parcial del informe psicológico:
…Y basándome en la información aportada por la mujer del paciente y en la entrevista personal con este último, puedo dar fe de la existencia de un episodio esquizofrénico, con ideas delirantes de grandiosidad del tipo “mi pensamiento lo pueden leer todos los seres del mundo”, y alucinaciones visuales del tipo “bombillas encima de la cabeza”. La probable causa que provocó este episodio fue el anuncio, por parte de su esposa, del inicio de los trámites del divorcio, basándose en la escasa comunicación que existía en su matrimonio. El paciente describió, en una carta excepcional dirigida a su mujer, los extraños sucesos que produjeron sus alucinaciones y las razones por las que, desde ese momento, adoptaba una nueva forma de comunicación, el pensamiento reflejado en su frente. Opta por un lenguaje que podríamos bautizar como esquizofrenés. Así, solucionaba dos problemas que le preocupaban, la mentira y las palabras expresadas por vía oral. Abomina de la palabra y acude a la antesala de estas, los pensamientos que, según el paciente, son puros y claros. No confunden. Además resuelve el problema de la falta de sinceridad, otra de las razones que provocan la ruptura de su matrimonio. Con este nuevo lenguaje no puede mentir. Si lo hace, explica en su carta, “le produce interferencias”. Todo esto tiene sentido solo en su paranoia pues en la práctica los problemas se acentúan. Sugiero su ingreso temporal en un hospital psiquiátrico, bajo tratamiento farmacológico y psicológico además de…
EPÍLOGO
Sé que esta capacidad sobrenatural no ha enriquecido mi relación con las personas que me rodean. No aceptan mi original forma de comunicación. No son conscientes de las ventajas que posee, de las dificultades que evita. Pretenden a través de sus exhortaciones y críticas que vuelva a expresarme como ellos, que vuelva a enredarme en los juegos sin fin que provoca la comunicación oral. He perdido el amor de mi mujer y la amistad de mis amigos pero he aprendido que el camino que ahora recorro, sólo unos pocos tenemos el privilegio de conocer. Me tachan de loco, de iconoclasta de lo imposible. No se dan cuenta de lo hermoso que es ser feliz, un loco feliz. Porque a pesar de los problemas que provoca, me hace sentir bien. A pesar de estar encerrado en este edificio. A pesar de perder mi libertad, sólo física, porque mi mente vuela, como un ave elegante, hermosa y libre, hacia el sol quemado por el fuego, un ave que rasga con furia el azul del cielo. Soy pensamiento libre, tal cual.
Si me vieran sabrían lo que pienso de ustedes.
SOY
Publicado el 1 Ee junio Ee 2013 a las 10:00 |
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No quiero ser lo que tu boca palabrea
ni construcciones de otras mentes fabricadas
soy vivo en la muerte de la vida
y de pieles escamadas limpio como serpiente renacida
me alimento de mis cadáveres
de mis múltiples tránsitos en vida
soy de la naturaleza creación
no conozco teologías antiguas o modernas
ni paraísos supraterrenales
todos mis tesoros se acarician con la mano
soy una entre miles de millones de teas
de luces policromas
una única y compuesta
de oscuridades secretas revestida
tengo en mi sangre multitudes
y son mis ojos las miradas de otros
la palabra en mi boca es acción
es mi aliento de huracanes formado
ideas cubiertas de mar infinito
bajo el sol ardiente del desierto
quiero almas desnudas sin nación
vastos parajes de vivas miradas recreados
quiero torrencial agua limpiadora
barrer las atávicas impurezas de los rostros